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La plata tres años después de la "escasez" de abastecimiento

Los precios de la plata alcanzaron los 50 $ la onza hace tres años. Concretamente, el 25 de abril de 2011, la plata se negociaba a 49,80 $ la onza en el mercado spot de Nueva York. Eso quiere decir que cotizaba a 50 $ la onza en algún otro lugar. Hubo mucho movimiento esa semana, pero tras mantenerse por encima de los 49 $ unos días, los precios de la plata comenzaron a retroceder.

Uno de los factores en el punto de mira de los traders era la ratio oro plata. Algunos creían que la plata estaba muy infravalorada contra el oro y que podría recuperar su paridad histórica de precio de en torno a 16 onzas de plata por una de oro.

Así que aunque la plata no había estado tan cara en términos de oro en los últimos 28 años y, aunque los precios en dólares se duplicaron en seis meses, algunos traders creyeron que el movimiento no se completaría a no ser que la plata cotizara por encima de los 50 dólares, precio que había alcanzado anteriormente en 1980.

Sin embargo, el entorno del mercado de la plata de 2011 con ésta cotizando en los 50 $/oz era muy diferente al de 1980. El principal impulso por aquel entonces era la constante inflación en los precios del consumidor, además del intento por Nelson Bunker Hunt y sus socios por controlar el mercado.

Treinta años después, la economía global también se enfrentaba a dificultades. Estados Unidos intentaba recuperarse de la crisis hipotecaria y del colapso en 2008 de Lehman Brothers y, en la Eurozona, países como Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España atravesaban grandes dificultades.

En Estados Unidos, la confianza en la economía seguía en mínimos y las noticias de Europa solo aumentaban las preocupaciones sobre una nueva crisis financiera. La Fed entonces anunció otra ronda de flexibilización cuantitativa (quantitative easing, QE) en noviembre de 2010. Las monedas de plata acuñadas por la US Mint alcanzaron un nuevo récord mensual, que solo fue sobrepasado por la demanda privada del inversor a principios de 2011. Porque esta nueva ronda de QE equivalía a imprimir más dólares. Así que en la mente de muchos inversores, el dólar se encontraba sin salidas. Por tanto, la búsqueda de activos refugio que pudieran mantener o incluso incrementar su valor real durante un periodo prolongado de inflación se convirtió en algo de gran importancia.

Internamente, en el mercado de la plata, había informes que parecían respaldar una visión a largo plazo de la demanda industrial de plata. La industria fotovoltaica, por ejemplo, empezó a consumir plata en cantidades mucho mayores que en años anteriores. La producción de paneles solares empieza con una pasta de plata y eso requiere de un tipo de plata más fina de la que se comercia en el mercado profesional. A raíz de esto, empezó a llamar mucho la atención la demanda del sector que estaba absorbiendo esos lingotes de pureza 0,9999. Porque, a pesar de que no había ninguna escasez de los lingotes comunes de pureza 0,999, sí que había una escasez de abastecimiento inmediato de los de pureza superior. Y dado que la creciente demanda coincidió con la subida de precio de la plata, la historia trascendió.

En realidad, la demanda de paneles solares solo estaba empezando a rellenar el gran agujero que había dejado el declive de la industria fotográfica (que anteriormente había sido la mayor consumidora de plata). Aun así, la anomalía de suministro físico entre los lingotes mayoristas y aquellos de pureza 0,9999 daba la impresión de que existía estrechez en las reservas de plata. Además, a medida que la historia se hacía más grande, la fuerte demanda del inversor privado de lingotes pequeños y monedas de plata provocó que los productos minoristas de entrega inmediata se vendieran a primas mucho más altas que las de entrega futura. Eso se contagió al mercado de futuros en febrero de 2011.

¿Por qué? Cuando la demanda excede las expectativas en bienes físicos, normalmente es difícil para los productores satisfacer los pedidos de los clientes de forma rápida. Esto hace que parezca que hay escasez de la materia prima, cuando en realidad lo que ocurre es que hay escasez del producto final. Pero a medida que los precios se dirigían hacía los 50 $ la onza hace tres años, los comerciantes y distribuidores comenzaron a utilizar como discurso promocional el falso hecho de que estaban desapareciendo las existencias de plata. Pero lo único que estaba desapareciendo, o que no se estaba entregando con la prontitud deseada, eran los lingotes pequeños y monedas de plata fabricadas a partir de piezas más grandes.

El término backwardation hace referencia a una situación en la que el precio de la plata en un mes futuro es inferior al del precio al contado (spot) del mes inmediato. Los futuros de plata normalmente se negocian en la posición inversa, porque el vendedor del metal tiene que pagar los costes de transportar el inventario hasta la liquidación y esos costes se reflejan en el precio. Así que el backwardation de principios de 2011, que sugería una falta de plata disponible inmediatamente, animó aun más a los alcistas de la plata.

Sin embargo, echemos un vistazo a las estadísticas reales de la demanda física contra la oferta (o abastecimiento) de plata. La industria fotovoltaica experimentó un gran crecimiento entre 2008 y 2011. De hecho, en ese periodo, la industria incrementó su demanda de plata en un 338%. según Thomson Reuters GFMS. Evidentemente, esta cifra era astronómica para la industria solar. pero para la demanda de plata, de forma más general, apenas pudo considerarse como un factor impulsor del mercado.

Al analizar el gráfico, vemos que la oferta y demanda de plata desde 2003 a 2012 era satisfecha anualmente. Nunca hubo escasez. De hecho, el mercado de la plata registró excedentes en seis ocasiones durante esa década.

El suministrador de datos líder del mercado de la plata, Thomson Reuters GFMS, solían llamar a esto "inversión implícita". Era, como decían, "lo residual" entre los datos de oferta y demanda que recogían. Es decir, era un dato de equilibrio, que se incluía para que la oferta y la demanda coincidieran, sea cual fuere el déficit o excedente registrado en lo datos visibles.

Ahora GFMS está llamando a las cosas por su nombre, como demuestran en el Gold Survey 2014. La nueva Silver Survey, que se publica el mes que viene a través del Silver Institute, también pondrá de manifiesto dicho cambio. Y, como se puede ver, si consideramos ese antiguo dato de equilibrio de "inversión implícita" como un excedente del mercado o déficit cada año, el exceso de metal abastecido sobre la demanda visible fue de casi un 15% en cada uno de los años desde 2010-2012.

Sí, la demanda de inversión creció junto la demanda de plata para la industria fotovoltaica. Pero la combinación de ambas no excedió el incremento de la oferta, que creció constantemente a causa de los precios más altos en el mercado. Las mineras y los recolectores de plata de reciclaje estaban más que contentos de seguir suministrando el metal.

Las cosas no son siempre lo que parecen y las apariencias engañan... Y la supuesta escasez de plata en primavera de 2011, que no hizo más que desatar una oleada de inversión, en especial por parte de inversores privados asustados por lo que se decía.

En el mismo gráfico, también se puede ver que la demanda de fabricación decayó en 2012. No es de extrañar, teniendo en cuenta la volatilidad y el alto precio de la plata en 2011. Esto provocó un ahorro en el uso del metal en la industria.

El ahorro de metal es lo que los productores hacen cuando la materia prima utilizada para fabricar su producto excede los costes esperados o se convierte en difícil de gestionar debido a la volatilidad de precio. Para prevenir pérdidas a raíz de salvajes precios de mercado, los productores empiezan a invertir dinero para intentar utilizar la cantidad mínima de dicha commodity. En este caso, la commodity era la plata. Y el ahorro en el uso del metal fue incitado por los altos precios de la plata a principios de 2011 en gran parte provocado por esa falsa escasez que desembocó en una caída de la demanda industrial, como se explicará en la segunda parte del reportaje sobre los máximos de 2011 de la plata

Miguel Pérez-Santalla fue Vicepresidente de BullionVault América desde 2012 a 2014. Participa frecuentemente en debates y eventos económicos ya que sus treinta años de experiencia lo han convertido en un experto del sector de los metales preciosos. Su trayectoria profesional ha estado siempre vinculada a este mercado: ha trabajado en empresas de compraventa de metales y en refinerías como Heraeus, entre otras.

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